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Articulo de Yoga |
«El valor del Yoga»
Debemos dar al Yoga el valor más elevado para no perder de vista su objetivo más alto y no convertirle en una herramienta utilitaria más. Pero teniendo esto claro y presente, no es menos cierto que para nosotros, personas más o menos comunes, la importancia del Yoga se realza cuando somos capaces de experimentar los beneficios que su práctica representa dentro de la vida cotidiana.
Hace pocos días, cuatro personas me comentaban, de forma separada y en distintos días, el valor práctico que el yoga les ha deparado en sus distintas situaciones de la vida. Las cuatro personas lo comentaban como una experiencia muy positiva que habían obtenido gracias a su práctica, el aumento que habían sentido en su auto-estima, y el aumento de la confianza en el yoga que su experiencia les había deparado.
“Elena”, una mujer de fuerte carácter, tenía que pasar unas pruebas en un hospital médico. Las pruebas médicas eran difíciles. Su espera fue larga en el tiempo, al final la llamaron y se presentó ante el personal médico. En ese momento, su estado interno estaba alterado, incluso irritado por una conversación previa con una auxiliar de medicina. Al detectar el personal médico su intranquilidad, la hicieron la observación que la citada prueba exigía que el paciente estuviera totalmente tranquilo y quieto, y que tal como que encontraba ella en ese momento, las pruebas no resultarían válidas. Al oír esto, “Elena” dijo a los médicos que no se preocupasen que la indicasen lo que tenía que hacer y que realizaran la prueba. Se acomodó en un aparato de “ciencia ficción”, cerró sus ojos, y empezó a relajarse de forma totalmente consciente, quedando absorta en su relajación. Pasado el tiempo y habiéndose realizado la prueba médica, el personal del hospital, sorprendido, se acercó a “Elena” para hacerla saber que era la primera vez que una persona pasaba esta prueba médica al primer intento.
“Carmen” estaba embarazada y una amiga la animó a asistir a las clases de Yoga durante su embarazo. Se presentó a las clases y desde el primer momento sintió algo “especial” y se implicó totalmente en las prácticas. Cuando llegó el momento de dar a luz, y según ella misma ha comentado, empezó a hacer “su” respiración (respiración rítmica, sintiendo el flujo de la respiración y fluyendo con él). A través de esta técnica de respiración llevó todo el parto de una manera muy relajada y consciente. Al final, el médico que la atendió la hizo la observación que en ningún momento del parto había variado su presión sanguínea y sus pulsaciones, habiendo estado las mismas dentro de unos parámetros normales en una persona en estado de reposo.
“María” es una mujer de carácter fuerte, explosiva e impulsiva. Su carácter muy emocional la lleva a muchos altibajos en su estado interno. Hace unos meses empezó a las clases de Yoga y poco a poco ha ido notando que las características de su carácter se han atenuado sensiblemente. Un vecino de su inmueble se oponía, durante años, a que el resto de la comunidad reparase el tejado del edificio. Debido a esta falta de reparación, el techo del piso de “María” sufría graves desperfectos. Con la suavización del carácter de “Maria” se produjo, sin causa aparente que lo provocase, una disminución en la tensión entre el vecino y ella, debido a lo cual el vecino, al final, accedió a la reparación del tejado. En el momento en que se desmanteló todo el tejado del edificio para su reparación, el tiempo cambió y empezó un temporal de lluvias. El piso de “María” se inundó de agua, su techo cayó sobre los muebles y el suelo. “María”, sin perder la calma, limpió su piso y muebles. Incluso el vecino con el que mantenía una enemistad muy antigua, la ayudó en las tareas de limpieza de su vivienda.
“Marta”, madre de varios hijos, a empezado este año a las clases de Yoga. Ella se ha animado a asistir a las clases de Yoga al ver el cambio de su hija (que lleva dos años asistiendo a las clases de Yoga) y los efectos tan beneficiosos que la práctica del Yoga a efectuado en su hija. Su hija era una persona con una gran sensibilidad, muy tímida, con problemas de piel y de relaciones. Ahora su hija a mejorado mucho en su facilidad para tratar con otras personas, su problema de piel casi ha desaparecido y se encuentra más segura de si misma. “Marta” está totalmente convencida del valor del Yoga al ver a su hija.
El Yoga tiene su propio e intrínseco valor que quizás nosotros, personas comunes, no alcanzamos a percibir en su totalidad, pero en cambio sí podemos experimentar sus beneficiosos efectos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestra mente, lo cual sirve como un elemento de ayuda dentro de las diversas situaciones que se nos presentan en la vida.
Cefe, Sadhaka